Opinión: deja que ocurra

¡Hola, mis terrícolas!

Hace mucho que no subo alguna opinión sobre mis lecturas, pero es debido a que en su mayoría he estado finalizando sagas. Así como también intentando finalizar sagas, mucho énfasis en "intentar", porque con 'Trono de Cristal' me ha ido muy mal, se me ha hecho de lo más larga, lenta y poco interesante que ha llegado a dolerme, porque Sarah es una de mis escritoras actuales favoritas, y que este suceda es triste.

Sin embargo, no quiero rendirme con Trono de cristal, es por ese motivo que comencé esta bilogía que he visto demasiadas veces en otros blogs y, me di la oportunidad, así fueron como unas vacaciones para retomar la saga, aunque, todo apunta que las vacaciones van a continuar porque no me he inspirado para retomar 'Reina de las sombras'.

Antes de continuar, los quiero invitar a mi cuenta de instagram: @fflibros 

Ahora si,  vamos con los datos esenciales de la novela.

Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres.

Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar.

Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel.

Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.

Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.

"Pero a veces nos equivocamos. Nos caemos. A veces no nos conocemos tanto como creemos. A veces... la vida es tan imprevisible"

En resumen, Leah la está pasando muy mal por la reciente perdida, su hermano busca la manera de continuar como el encargado de la familia y debe mudarse a otra ciudad, lo que deja a Leah al cuidado de Axel, pero sucede que Leah siempre ha estado enamorada de él, y Axel toma un papel de terapeuta empírico, buscando la manera de sacar a Leah de esa etapa de su vida.

Principalmente, me costo seguir el ritmo, pero una vez que ya estaba más allá de las 50 paginas, tenía mucha curiosidad sobre Axel y Leah. Lo hace mejor que el libro está narrado con ambos puntos de vista, así que podemos conocer mucho a los personajes por vivir dentro de su mente durante dos novelas.

La primera cosa que mas me gustó: es que la historia gira totalmente al rededor de ellos dos, lo que hace aún mejor encariñarse con la pareja.

En contraparte, aquí va mi primera decepción: ¿Qué clase de lenguaje era el que usaba Axel en aquellos momentos tan personales?... Quienes lo leyeron supongo que sabrán a qué me refiero, pero, para mi, esas lineas cortaban todo el romanticismo del momento. Quizás hace tanto que no leo un romance que... esa parte me disgusto muchísimo.

Creditos

Por otra parte, Leah pasaba de insoportable a agradable: Leah estaba en esa edad más complicada de la vida donde deben definirse, y fue excelente que la autora no le permitiera que su vida girase en torno a Axel, aunque ella por ser tan joven eso es lo que quería, y le afectó muchísimo, por lo que puedo decir que su crecimiento estuvo muy difícil, pero me gustó ver una persona totalmente diferente en el último libro, me encantó aún más que ella no quisiera depender de Axel, sino ser una chica que podía vivir sin el, pero que amaba y disfrutaba que estuvieran juntos.

"A veces esperas cosas de la vida que no llegan. Quizá la culpa sea nuestra por planificar demasiado, ir marcando rutas que después uno nunca llega a recorrer. Y supongo que eso genera decepciones"

Así estaba Axel en 'Todo lo que nunca fuimos', fue una persona que perdió su rumbo en el mundo artístico, y eso me hizo conectar muy rápido con el. Pude entender su frustración de vivir una vida que no imaginábamos, y esa frase me llegó... Pero a su vez Axel tenía una ideología de vivir un día a la vez, con calma, y eso comenzó a transmitírselo a Leah.

De ambos: me gustó que aprovecharán el tiempo entre ellos, además de vivir en la casa más preciosa y cómoda, donde claramente, estaba todo arreglado para el beneficio de la pareja. Dentro de esa cabaña, en Australia, se desarrolla la mayoría de la primera novela, un lugar paradisíaco que es perfecto para todos los que han pasado por algún problema y necesitan una especie de botón de reinicio para sus vidas, por este motivo lo consideré aún más una lectura de vacaciones. 

Tal como Leah crece para el final de la historia, lo mismo fue con Axel, hubo un lapso en el desenlace de la historia donde Axel y Leah quedan distanciados, durante esa ausencia ambos pudieron conocerse más, pasaron tiempo consigo mismo, y Axel pudo recordar que era lo que tanto había soñado, logrando desbloquear todo dentro de él, pudo finalmente hacer un nuevo plan y decidir lo que realmente quería para su vida. Entonces, Axel pasa de ser el chico descuidado que no ama a nadie, y tiene mucho egoísmo, para estar, claramente, muy enganchado con Leah y las pinturas.

En cuanto a Leah, fue muy similar, aunque vemos más ese desarrollo en ella que en Axel. Así que puedo concluir que como pareja: crecieron juntos, tanto literalmente (debido a que desde pequeños fueron muy cercanos, Axel fue el mejor amigo del hermano de Leah); como juntos, lograron convertirse en una pareja madura. Y eso me encantó, no fue una pareja toxica que se volvían propietarios entre ellos.

Créditos a la web de la escritora, Alice Kellen

"-- ¿Nunca hemos hablado de porqué los gatos son tan increíbles?

-- No, no es un tema sobre el que charlemos a menudo.

-- Pues deberíamos. Son independientes, curiosos y dormilones. Las tres claves de una vida feliz. Son salvajes y solitarios, pero se dejan domesticar por mera comodidad..."

Aunque la historia está centrada solo en Leah y Axel, hay personajes que complementan, estos son sus familiares y amigos, que aunque no son el foco principal, enriquecen la trama y la volvieron muy interesante, en especial el papá de Axel a quien más amé. Así como me encantó ver la forma en que ambas familias eran tan unidas y siempre preparaban almuerzos los domingos, o buscaban una manera de estar juntos.

Quizás tenga mucho más de que hablar, pero, quiero dejarles a ustedes la decisión de leer esta bilogía, no les diré que es mi favorita, pero la disfrute mucho por permitirme y hacerme sentir parte de ese mundo. Cada escena fue tan vivida para mi que le doy puntos a la escritora por ese motivo.

"Me preguntaba si podías llegar a olvidarte de ti misma. No prestarte atención. No mirarte al espejo. No pararte a pensar en lo que realmente quieres y, aún más importante, en por qué lo quieres. Supongo que hay semanas en las que los días del calendario parecían tan amontonados que casi no me daba tiempo a ir tachándolos y la vida iba más rápido que yo, así que me perdía en eso: en todas las cosas que tenia que hacer, en obligaciones reales y en otras más que terminé imponiéndome en algún momento que ni siquiera recuerdo.

Y entonces dejas de ser tu. Te conviertes en otra persona.

Igual, pero con diferentes metas, expectativas, sueños...

«Pero ¿quién quiero ser?», me repetía."

Todo lo que nunca fuimos es una historia de perdidas, muchas perdidas, tanto físicas, como personales, porque muchas veces estamos perdiendo quienes somos y eso es lo más difícil de retomar, pero el buen mensaje es que, siempre hay una manera de levantarse y formar nuevos planes y objetivos, como sobretodo, soñar.

A ustedes, ¿que les pareció?

¿La leerían o ya lo hicieron?

Quiero leerlos...

¡Y les recuerdo que pasen por el Instagram: @fflibros!

Besos y abrazos a todos.